Escuchar desde el no-saber

Cuando con un paciente «no sé qué hacer a continuación», inspiro y vuelvo al presente para escuchar desde el no-saber.

Aquí estamos los dos, experimentando el único instante de nuestra vida. Él/Ella está en el único instante en el que está teniendo lugar su vida, y yo estoy en el único instante donde tiene lugar la mía. Ahora está sucediendo todo… Y descanso en esa inmensidad de contenido y sentido que sucede justo ahora… y sonrío por dentro (a veces llega la sonrisa hasta mi cara). Y desaparece en ambos la tensión y la exigencia de hacer o decir. Los egos de uno y del otro reducen su presión y aparece el ser de cada uno, la unión… Y el flujo se restablece en la díada.

Quizás mis terapeutas supervisores se referían a esto cuando también me aconsejaban no-hacer.

Observo, entonces, que no-hacer es un ligero movimiento de mi atención que regresa a donde todo se hace sin mi intervención, al ahora. Qué alivio! Qué liberador!

Este sentimiento de profunda comodidad y ligereza me recuerda a lo que experimento cuando escucho esa máxima de la cristiandad que dice: «Lo dejo en manos del Señor». O esa otra del Confucianismo: «El Noble se adhiere a la Voluntad del Cielo» que aparece en el hexagrama «La Modestia», en el I Ching o Libro de las Mutaciones.