La Escucha: La capacidad de suspensión
El poeta y la escucha
“¿Qué calidad contribuye a formar un hombre de éxito especialmente en literatura?. Esa que Shakespeare poseía en tal enormidad –me refiero a la Capacidad Negativa- es decir, la capacidad de un hombre que es capaz de existir en las incertidumbres, los misterios, las dudas, sin la búsqueda irritable del hecho y la razón.”
Es la rara habilidad para tolerar el no saber, el no entender. Un auto contenerse para no ceder a la presión de «saber de qué se trata» agarrándose a teorías, mapas, referentes e ideas que tenemos del mundo. Me refiero a los reduccionismos, la incapacidad de suspender los juicios, las confusiones entre mapa y territorio, las “rápidas comprensiones” que evitan entrar en relación con lo desconocido de paciente y terapeuta.
La capacidad de suspensión
La «capacidad negativa» de Keats, devino (con Bion) en la «capacidad de suspensión». Esta última es la aptitud para permanecer «en suspenso» mientras se está en el caos que trae el paciente. La de escuchar la incertidumbre, el misterio y las dudas, acogiendo la inevitable carga de angustia propia y del otro, hasta que surgen la creatividad y la intuición del próximo paso.