El estado Agrimony: desde las terapias relacionales y la teoría de campo

Negación, sombra y deflexión.

El estado jovial y evitativo de desacuerdos y discusiones Agrimony, es habitualmente pensado:

  • como resultado de la negación como defensa: negar las fuentes objetivas de displacer y de angustia (Anna Freud, 1936);
  • desde la primera concepción de la sombra junguiana: un inconciente oculto y reprimido, fuente de todo mal, con tendencias moralmente desechables (Jung,1951);
  • como deflexión (negación y deflexión no son los únicos mecanismos de defensa que se juegan en Agrimony): la deflexión es “una forma de evitar  enfrentarse o contactar de manera directa con otra persona, utilizada al iniciar o al responder al contacto, pudiendo sentir una sensación de vacío y superficialidad” (Zinker, 2000-Polster y Polster, 1985).
    “Advertimos este mecanismo cuando Agrimony topa con algo que la intranquiliza porque la conecta con una necesidad, sensaciones o emociones que la incomodan. Observamos que desvía la atención hacia otra dirección (tal es la característica de la deflexión), por ejemplo: cambia de tema -consciente o inconscientemente-, enciende un cigarrillo, toma una copa, cuenta un chiste o se ríe estereotipadamente. Consigue alejarse de la experiencia de sí perturbadora, y evita lo que la pone en peligro esquivando su tensión (angustia) de varios modos: anestesiándose, enfriando los ánimos calientes o entibiando los fríos.  Reacciona con emociones superficiales a muchos eventos de su vida, de algún modo se siente incapaz de expresar sus sentimientos más profundos y auténticos.Esto puede resultar un alivio o muy gracioso para el otro, pero así Agrimony pierde presencia, centramiento, conciencia de sí misma, del otro, y de lo que sucede en el campo de la relación.” (Veilati, 2020)

Bach nos dice que, para sobrellevar tal tormento, preocupación e inquietud de cuerpo y mente, las personas en estado Agrimony

…tomarán alcohol o drogas en exceso para estimularse y ayudarse a soportar sus problemas con buen talante (Bach,1936).

Además del abuso de substancias, consideremos la impostura y las expresiones seductoras y contemporizantes como actitudes presentes en las relaciones Agrimony.

De lo intrapsíquico a lo intersubjetivo: el exceso de adaptabilidad

Mi propuesta de hoy es que, sin perder en absoluto de vista lo dicho hasta el momento, desplacemos nuestra mirada floral: desde lo que le pasa consigo mismo (negación) a lo que le pasa con el otro. Vale decir, el recorrido que va desde la concepción floral intrapsíquica Agrimony a la concepción intersubjetiva Agrimony. Aclaremos estos 2 conceptos igualmente importantes: lo nuclear a atender en el ámbito intrapsíquico es lo inconsciente (Jung, Freud), lo crucial en la intersubjetividad es lo que tiene lugar en el campo entre dos sujetos distintos y en relación. En palabras de Jessica Benjamin:

“A diferencia de la teoría intrapsíquica, la concepción intersubjetiva alude a lo que sucede en el campo del sí mismo y el otro. Lo crucial para la primera es el inconsciente y para la segunda es la representación de sí mismo y el otro como seres distintos pero relacionados. No son modos opuestos sino complementarios de comprender la psique” (Benjamin, 1996)

A tal efecto, pensemos en el exceso de adaptabilidad al otro de este indicador floral…hasta el punto de renunciar a muchas cosas…” (Bach, 1936). Recordemos que “renunciar” es “Hacer dejación o privarse voluntariamente de algo” (DRAE). Veamos esto.

Sentirse “en conexión con”: afortunado o nefasto

Para adaptarse, Agrimony tiene que renunciar a lo propio y autoforzar un sentimiento (“estoy alegre”), una actitud (beber 4 copas), o una serie de pensamientos (“pienso como tu”). Así hasta ajustarse al requerimiento -real o fantaseado- del otro, para provocar su agrado, comodidad, reconocimiento y una sensación de intimidad compartida. Entiendo a la intimidad en función de su radicación etimológica: la “cualidad de introducirse en el afecto de alguien” .Vale decir, cómo llego al otro, cómo lo impacto para que me tenga en cuenta, cómo acojo el impacto del otro, y qué co-creamos juntos.

Volvamos a Agrimony. Toda esta energía, disponibilidad, autoestimulación e hipertrofia de sí mismo ¿a qué le da solución? ¿para qué despliega lo que despliega? ¿para experimentar o sentir qué?

Para sentir la experiencia de la intimidad, para sentirse unido, para sentirse “en conexión con”. Como si dijera: me empujo a sentir alegría y jovialidad para sentirme cerca de ti, para provocar un encuentro, para producirnos una sensación de estar resonando juntos en lo mismo y proteger así nuestro vínculo. Una modalidad básica de intimidad que bien describe Bleichmar:

“Cuando el anhelo de cohabitar tal espacio emocional es el que domina al sujeto, se hace todo lo necesario para activar en el otro el estado afectivo deseado: la comunicación es una acción sobre el otro para producir la resonancia afectiva, para que el otro vibre en la misma longitud de onda. Incluso, se hipertrofia el propio sentimiento, se histeriza la emoción, para arrastrar al otro. O, a la inversa, el sujeto se mimetiza con el estado de ánimo del otro para sentir que está con ese otro. En ambos casos, la afectividad no es algo en sí misma, no vale por su cualidad expresiva de estados interiores sino como medio para alcanzar el encuentro con el otro” (Bleichmar, 2009).

Esto puede ser un fluido y afortunado movimiento favorecedor de la intimidad, o uno nefasto si sacrifica lo auténtico de sí, acabando en ansiedad, adicciones, cuadros de tristeza o disociativos, que requerirán tratamiento médico.

Los primeros cuidadores de Agrimony

Este “ir hacia” renunciando de Agrimony, tiene una historia. Pensemos que el niño hace lo que sea para adaptarse a sus primeros cuidadores, sus necesidades de cuidado y seguridad están en juego. Si aquellos le prestaban atención o respondían positivamente cuando mostraba alegría y consentimiento “Qué encanto” “mira qué risas” “siempre tan maja” “sigue así de buena y simpática”; o la avergonzaban “qué fea te pones cuando estás triste”; entonces, el niño o niña, se autoimpondrá un estado interior alegre para generar el encuentro deseado o proteger el vínculo (Bleichmar, 2009). Evitará -disociándose- su tristeza, miedo o ira (movimiento intrapsíquico), para ir hacia el otro y provocar su conformidad y acogida manteniendo la conexión (movimiento interpersonal).

El patrón relacional Agrimony

Las esencias florales no sólo describen aspectos de la personalidad sino tipos de sufrimiento en relación, configuraciones relacionales que se constituyeron en los primeros vínculos y se actualizan en los presentes. En el apartado anterior vimos someramente cómo se arma una configuración Agrimony, habrá que explorar la particular de cada paciente.

Entonces, será importante evidenciar en consulta todo el recorrido Agrimony, desde las evitaciones que tienen lugar dentro de sí, hasta cómo coloca este patrón negador, evitativo, jovial y seductor en la relación con el otro. De vez en cuando, escucho en supervisión a terapeutas florales integrativos seducidos por pacientes con configuraciones relacionales Agrimony.

Investigar el campo Agrimony en la relación terapéutica

Varios son los pensadores que están incorporando la comprensión de lo que sucede en el campo de la relación terapéutica con el objeto de acercar intervenciones saludables y creativas para paciente y terapeuta. Pienso en:

(1) las observaciones clínicas sobre la teoría de campo del psicoanálisis relacional:

“Es una teoría de campos o una teoría de sistemas en la que se busca la comprensión de los fenómenos psicológicos no como productos de mecanismos intrapsíquicos aislados sino como emergentes de la interacción recíproca de las subjetividades en relación” (Stolorow y Atwood, 2004).

(2) en las de la terapia gestalt relacional, en particular los cinco principios básicos de la teoría de campo (Parlett, 1991), así como el brillante concepto de las atmósferas en el campo de la relación (Francesetti, 2014);

(3) en, para mi, la frase fundacional de la perspectiva de campo, la del psicólogo social Kurt Lewin:

hay que mirar la situación total” (Lewin, 1988).

(4) en el campo mórfico y la resonancia mórfica (Sheldrake, 1990) que podemos vincular con la conciencia de instintos e intuición que menciona Bach; y

(5) en el correlato neurológico de la empatía y el entonamiento emocional, ambos fenómenos de campo: el descubrimiento de las neuronas espejo (Rizzolatti, 2006)

Entonces, si volvemos a la experiencia de campo Agrimony ¿cómo se da este Agrimony en la relación terapéutica? ¿Cómo es la intersección entre su Agrimony y el mío?¿Qué me provoca y que provoco en él? ¿Cómo es la atmósfera Agrimony que co-creamos?

Consideremos tener en cuenta lo dicho hasta aquí a lo largo del encuentro terapéutico integrativo.

La Terapia Floral Integrativa, un saber provisorio y en construcción.

Deseo cerrar este trabajo con una reflexión sobre el marco desde el que lo realizo, el de la Terapia Floral Integrativa.

La TFI se nutre e integra a la clínica de la Terapia floral de Edward Bach, investigaciones, prácticas y reflexiones de la filosofía, la psicología profunda, la psicoterapia humanista y transpersonal, y la ecopsicologia.

Preferimos evitar ser agrupados en una línea terapéutica, floral o no. Las personas son extraordinariamente complejas y esto requiere de mucha especificidad. Conservando un espíritu crítico y sabiendo que todo saber es provisorio y por ello en construcción, nos interesa una práctica y teoría integradora de las escuelas que dan cuenta de esa complejidad. No basta con un solo enfoque para ver lo que sucede a una persona. Cada mirada da luz a un aspecto del psiquismo, nunca a todo él. La consideración habrá de ser en prisma.

“El alma es múltiple, pero le gusta pasar por simple.” (Canetti, 1994)

Actualmente, nos resulta especialmente interesante el desarrollo contemporáneo de la teoría de campo y del paradigma relacional porque, actitudes tales como intersubjetividad, reconocimiento, hospitalidad, mutualidad y conexión emocional, son todas fibras del hilo conductor propuesto por el Dr. Bach. Hilo que, entretejiéndose con los 7 estados de la curación bachianos, acaba en la experiencia relacional unitiva del amor.

Dándole forma a lo dicho

Los artículos que he venido escribiendo en octubre y noviembre, parten de la idea de dar forma a un experimento que propongo para marzo 2021. Echadle una mirada los profesionales de la TF y la TFI para que veáis por dónde me interesa que investiguemos junt@s las esencias florales.

Gracias por tu atención.

Susana Veilati. TFI.

Saber más sobre Susana Veilati 

Referencias:

Bach, E. 2004. Obras completas. Los doce curadores y otros remedios (1936)

Benjamin, J. (1996) Los lazos de amor. Psicoanálisis feminismo y el problema de la dominación. Ed. Paidós. Argentina

Canetti, Elías. (1994) El suplicio de las moscas. Ed. Anaya & Mario Muschnik

Bleichmar, Hugo. (2009) Del apego al deseo de intimidad: las angustias del desencuentro. Revista de Psicoanálisis. 66(03), pp. 681-702

Francesetti, G. (2015) De la sintomatología individual a los campos psicopatológicos. Hacia una perspectiva del campo sobre el sufrimiento clínico. “Dalla sintomatologia individuale ai campi psicopatologici. Verso una prospettiva di campo sulla sofferenza clínica”, Quaderni di Gestalt 2014; XXVII, n. 2: pp. 31-56

Freud, Anna. (2010) El Yo y los mecanismos de defensa. Ed. Paidós. págs. 91 Publicado en 1936, traducido al español en 1961.

Jung, C. G. Aion. Contribución a los simbolismos del sí mismo. Publicado en 1951

Lewin, K. (1988) Teoría del campo en la ciencia social. Ed. Paidos. Argentina.

Parlett, Malcom (1991) Reflexiones sobre la teoría de campo. The British Gestalt Journal, 1991.

Polster, E. y M. (1985). Terapia guestáltica. Ed. Amorrortu. Buenos Aires.

Rizzolatti G. Y Sinigaglia, C. (2006). Las neuronas espejo. Los mecanismos de la empatía emocional. Ediciones Paidós Ibérica. Barcelona. Reseña del Anuario de Psicología, vol. 38, núm. 2, septiembre, 2007, pp. 321-323 Universitat de Barcelona

Sheldrake, Rupert (1990). La presencia del pasado. Resonancia mórfica y hábitos de la Naturaleza. Editorial Kairós. Barcelona

Stolorow, R.D. y Atwood, G.E. (2004) Los contextos del ser: las bases intersubjetivas de la vida psíquica. Ed. Herder.

Veilati, S. (2020) Mecanismos de defensa en la consulta TFI

Zinker, J. (2000). El proceso creativo en la Terapia gestalt. Ed. Paidós. México.

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