12 errores en consulta
Tu eres tu principal recurso
Probablemente coincidamos en que tu principal herramienta terapéutica eres tú. Y tú eres un cuerpo con sensaciones, emociones, sentimientos, vínculos y pensamientos (ideas, creencias, prejuicios, expectativas, recuerdos); y todo ello sucediendo en un contexto geográfico, histórico, social, político, económico, cultural e ideológico, que te forma, atraviesa y modifica. Bien, ¿que tal llevas tu conciencia de todo esto en ti? Porque es lo que te traerá tu paciente floral: su cuerpo habitado y expuesto a esa gran complejidad.
El proceso terapéutico personal del TFI
¿Cuántas horas de tu vida has dedicado a profundizar en ello como paciente, es decir, ocupando ese mismo lugar que deseas que otro ocupe para ser tratado por ti? No me refiero a cuántos talleres monográficos, cursos o seminarios has asistido. Tampoco a tus horas de práctica espiritual. Y cierto es que cada una de esas experiencias con compañeros, maestros y divinidad nos construye y vivifica.
Pero no me refiero a esto, sino a ¿cuántas horas de proceso terapéutico personal de modo semanal o quincenal has invertido en conocerte a ti mism@? ¿Cuántas veces te has sentado en el lugar de paciente abriéndote y dejándote acompañar por un terapeuta a lo largo de un mínimo de, digamos, dos años?
Riesgos ciertos
Si has dedicado tiempo a ello, entonces seguro que irás acompañado de ti mismo al encuentro con tu cliente. Si no ha sido así, quizá convenga recordar lo que hace años vienen advirtiendo las terapias conversacionales sobre el riesgo de no llevar un proceso terapéutico personal si te dedicas a trabajar con las sensaciones, emociones, sentimientos y pensamientos de las personas. Se me ocurren varios:
1. Proyectar lo propio sobre el paciente.
2. No emprender largas navegaciones por miedo a no saber qué sentir, qué decir, qué hacer, qué formular.
3. Quedarte pegada a su ira, tristeza o miedo.
4. No empatizar
5. Juzgar al paciente (diciéndolo o pensándolo)
6. Imponer el propio sistema de valores, creencias, ideas.
7. Sentir y realizar la atracción sexual hacia la paciente. (Me abruman los testimonios de mujeres que han pasado por este trance en el marco de la Terapia Floral. Esto es abuso y maltrato.)
8. No enterarte de lo que le sucede porque no lo tienes observado en ti.
9. No escuchar activamente.
10. Hablar demasiado de ti misma
11. Creerte realmente preparado ignorando que ignoras.
12. No derivar a otros profesionales porque no tienes conciencia de tus límites.
Claro que Bach no dijo nada sobre todo esto, tampoco fue un hombre que expusiera, a otro profesional y de un modo regular, sus muy ciertos y dolorosos dilemas y desequilibrios personales vinculados al desamor, sus dudas, el abandono, la paternidad y la enfermedad.
La conversación terapéutica de la que hablo es nueva, no existía en Gales ni en el Londres de los años 20[1]vino después, aunque apareció con Freud en 1901, no se difundió lo suficiente hasta 50 años después. Lo que Bach hizo con todo ello fue sublimarlo en un legado para la humanidad al que tampoco llamó «Terapia floral» sino Remedios.
Gracias por tu atenta lectura.
Susana Veilati
Saber más sobre Susana Veilati
Foto: Retrato de Lydia Delectorskaya. Henri Matisse.
Si te interesa nuestro enfoque
Consulta nuestras formaciones online en directo y «a tu ritmo»
Flores de Bach online directo tutorizada
Terapia Floral Integrativa online directo tutorizada
Flores de Bach «a tu ritmo» tutorizada
Notas de página
↑1 | vino después, aunque apareció con Freud en 1901, no se difundió lo suficiente hasta 50 años después |
---|